Fuera Mitos

Existen expertos en el campo del entrenamiento (personal o de distintos deportes) que sostienen que una cosa es contraria a la otra, que «cuando se acaba la motivación, comienza la disciplina»… pero… ¿puede reemplazar la una a la otra?, ¿tiene la motivación que acabar necesariamente en algún momento? ¿es normal? ¿podemos mantener esa motviación?

Algunos integrantes de la familia #etp (en septiembre 2018), participando de un entrenamiento grupal al aire libre.

Es real… en algún momento de flaqueza nuestra motivación desaparece… es un momento muy personal, lo mismo que la razón que nos lleva a esa «desmotivación», que puede ser muy distinta según cada persona… encontrarnos a solas, ver que la cosa se pone difícil, o verlo todo demasiado fácil…

Se puede definir la disciplina como un «conjunto de normas cuyo cumplimiento de manera constante conducen a cierto resultado», y la motivación como algo o alguien que anima a una persona a actuar o realizar algo. No parece tan contraria la una a la otra.. ¿verdad?

Componentes del programa ETP estiran después de entrenar en el paseo Pontiñas de Lalín. El ejercicio físico a la luz del sol es para muchas personas una fuente motivacional inagotable.

Conocerse a sí mismo es fundamental para poder lograr la convivencia con esa disciplina, que nos hace coordinar nuestro trabajo de manera eficiente

Las hormigas pueden coordinarse para construir con sus cuerpos puentes o balsas capaces de mantenerles a flote en una corriente de agua. El éxito puede alcanzarse sin perder de vista la motivación personal.

El comportamiento de las hormigas es un buen ejemplo de cómo la coordinación y organización adecuada puede conducir a alcanzar ese objetivo tan deseado…. siendo ese propio objetivo a alcanzar la fuente de motivación que no debemos perder de vista, lo que hace más llevadera esa disciplina (queramos o no) siempre necesaria.

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